El perfil psicológico de los pandilleros y los adictos
La inseguridad ciudadana es uno de los problemas más graves de nuestra sociedad actual. Un fenómeno que preocupa cada vez más es el aumento del número de pandilleros y adictos en nuestras calles que ejercen un gran impacto negativo en la seguridad ciudadana. Cada vez es más importante entender el comportamiento psicológico de estos grupos para buscar soluciones efectivas.
Pandilleros
Los pandilleros son un grupo con características específicas. Este tipo de grupo sigue una estructura piramidal, donde los líderes son los que ejercen el mayor poder de influencia en el grupo. Este tipo de jerarquía a menudo puede conducir a la imitación y la influencia por parte de los miembros más jóvenes que buscan la aprobación y el reconocimiento del grupo.
Un factor importante en la psicología de los pandilleros es la necesidad de pertenencia. Las pandillas generalmente se forman en áreas pobres y urbanas, a menudo en barrios marginales y desfavorecidos. Los miembros de la pandilla buscan pertenecer a un grupo donde se sienten seguros, protegidos y respetados.
Otro factor psicológico significativo es el deseo de dominación. En muchas ocasiones, el poder y la violencia están muy presente en la dinámica de una pandilla. Los pandilleros a menudo se sienten impotentes y marginados socialmente dentro de la sociedad. Buscan formas de afirmar su poder y sentirse superiores a través de tácticas violentas.
Adictos
Los adictos, por su parte, son otro grupo de personas con características particulares y que también presenta un gran impacto en la seguridad ciudadana. Las personas que padecen alguna adicción suelen presentar problemas de salud mental, asuntos legales y carencias económicas.
Las adicciones pueden estar relacionadas con la búsqueda de placer, necesidad de evadir pensamientos o situaciones desagradables, necesidad de pertenencia o, simplemente, por adquirir una conducta aprendida en el entorno inmediato. El grado de adicción no depende de la sustancia en sí, sino que es una constante razonable de diversos factores.
La carencia de autocontrol, más que una causa, es una consecuencia del consumo de sustancias. Las personas con adicciones suelen presentar comportamientos agresivos tanto física como verbalmente, bajo la búsqueda del efecto que les causa la sustancia que consumen.
Las drogas también alteran la percepción del tiempo y disminuyen la capacidad de prever consecuencias, un aspecto crucial en la toma de decisiones en la vida cotidiana. Los adictos suelen presentar dificultades para resolver problemas, toman riesgos de forma impulsiva y presentan dificultades para asumir responsabilidades.
¿Qué podemos hacer?
Los pandilleros y adictos presentan patrones de personalidad claramente definidos que afectan su comportamiento. Abordar estos problemas tiene que ver con mejorar las condiciones sociales, garantizar el acceso a la educación, los servicios de salud y el trabajo, así como garantizar la seguridad ciudadana.
Para evitar que los jóvenes se integren en bandas, es necesario trabajar en medidas preventivas y tomar medidas para fomentar una cultura de la no violencia. Es necesario trabajar en la educación emocional y en el desarrollo de habilidades sociales que les permitan resolver conflictos de manera pacífica.
En cuanto a los adictos, se necesita un enfoque enfocado en el tratamiento y la rehabilitación. Necesitamos fomentar un ambiente de comprensión y de ayuda a estas personas, brindándoles una asistencia médica integral en la que se entregue asesoría y ayuda tangible para vencer el flagelo de la adicción.
La prevención y la rehabilitación son la clave en la lucha contra la inseguridad ciudadana. Solo trabajando juntos y apoyando a las personas que buscan superar sus problemas podemos crear una comunidad más segura y un futuro más esperanzador para todos.